Debe su nombre a ese grupo de mujeres, pensadoras y artistas, cuyos trabajos también dieron mucho que hablar en los años de la Generación del 27. De hecho, se les llamó ‘las sinsombrero’ por un gesto que protagonizaron en la Puerta del Sol junto a Lorca y Dalí quitándose el sombrero en público. Féminas que realizaron sobresalientes trabajos en el mundo de las artes y la filosofía pero, aún a día de hoy, no han adquirido la relevancia que se merecen y a las que este restaurante quiere hacer un bonito homenaje. En primer lugar a través de su nombre y, después, con su decoración que se inspira en los cafés y tertulias del Madrid de las primeras décadas del siglo XX.
Y todo en un majestuoso espacio de 600 m2, con capacidad para 300 comensales y repartido en varios salones, algunos de los cuales pueden aislarse para eventos privados y celebraciones. A pesar de sus dimensiones, sus responsables han conseguido otorgarle una palpable calidez revistiendo sus paredes con molduras, tapizando sus sillones y sofás corridos con terciopelo o abrigando sus mesas con las célebres sillas Standard de Jean Prouvé. Y, para hacer honor a su nombre, en la entrada encontramos una pared con distintos tipos de sombreros de la época a modo de exposición.
Es el ecosistema perfecto para desarrollar su propuesta de cocina mediterránea siempre respetuosa con el producto de temporada, una labor que recae en cocinero Pedro Gallego (Piñera, Los Chicos, las chicas y los maniquíes) quien, a su vez, se encarga de ejecutar los platos diseñados por uno de los chefs con trayectoria más exitosa de la capital, Javier Goya (Triciclo, Tándem, Market). Dos nombres, por tanto, que garantizan una experiencia gastronómica al nivel del marco en el que nos encontramos.
Lo comprobamos ya desde los primeros entrantes, entre los que no deben faltar las patatas bravas picosas con alioli y sus croquetas cremosas de jamón ibérico para las que, como el resto de platos que habitan en su carta, cuenta con materias primas exquisitas que dan como resultado unos platos muy efectivos, con sentido estético y sin excentricidades en su formulación. Tras ese estupendo comienzo, se entra de lleno en materia con la lasaña abierta de ajoarriero de marisco y bacalao cremoso, la albóndiga de buey con sepia fresca, el falso marmitako de pez limón a la brasa o la merluza de pintxo con salsa verde albahaca, gambas y patata. Aunque, atención, hay que estar muy atento también al capítulo de carnes que nos reserva algunos cortes de vaca rubia gallega, chuletillas de cordero lechal o una hamburguesa de buey que preparan, con notable maestría, a la brasa de carbón.
PLATOS DE TEMPORADA, MÚSICA Y CÓCTELES
A la relación de platos fijo se añade, además, otra oferta variable, sugerencias fuera de carta que gravitan en una espléndida materia prima sujeta siempre a la temporalidad, algo que domina como pocos Javier Goya quien también acercará hasta este luminoso escenario algunos de los platos que triunfan en Triciclo. Y para disfrutar de este festín de producto de calidad, una impecable selección de vinos nacionales, con etiquetas clásicas y de autor, y precios aptos para todo tipo de bolsillos, desde los más ajustados a los más espléndidos.
¿Que tras la cena apetece prolongar la noche al ritmo de la música que, de jueves a domingo, brindan sus DJs? Nada mejor que acercarse a su imponente barra semicircular y pedir alguno de sus cócteles, clásicos y de autor, para poder alternar con el resto de comensales que ese noche han elegido Sinsombrero como lugar de encuentro y disfrute con los suyos. Y cada vez son más, por cierto, pues por oferta, local y parroquia se ha apuntalado como una de las sensaciones de los últimos años en el mapa gastronómico de Madrid. No tiene un ‘pero’, por lo que auguramos su permanencia en la cima durante mucho tiempo.
Dirección: Paseo de la Castellana, 4 // Metro: Colón Teléfono: 915 77 52 39 // Horarios: Todos los días, de 13 a 01h; viernes y sábado hasta las 03h. // Precio medio: 35-40€. Web: http://sinsombrero.es