No todos los días se tiene la oportunidad de probar la tarta que los Reyes, Don Felipe y Doña Leticia, sirvieron en su banquete de bodas. La famosa Gianduja Real que el pastelero Paco Torreblanca diseñó para la ocasión consistía en un postre elaborado a base de chocolate con leche y avellanas. En Le Bec-Fin (Claudio Coello, 58 <M> Serrano) , la pastelería del barrio de Salamanca regentada por Mercedes Liñero y en la que los pasteles artesanos se tratan como piezas de joyería, quieren hacerte sentir como en palacio y por eso han replicado el lujoso dulce que se sirvió aquel lluvioso sábado de mayo. Clavan el sabor, gracias a la mano de su pastelero Pedro Bas, maestro confitero que trabajó con Torreblanca en aquel proyecto y que ha traído hasta aquí la receta original.
En el obrador, ubicado en la planta baja del local, preparan a diario réplicas de esta receta en forma de pastelitos individuales y, por previo encargo, en formato tarta, ideal para eventos o celebraciones especiales. La receta consiste en un bizcochito artesano de aceite de oliva relleno de chocolate negro con un porcentaje de cacao elevado (70%) y una mousse de gianduja, un tipo de chocolate con algún fruto seco, en este caso, avellanas. En la Boda Real se decoró con frutas mientras que aquí proponen dos acabados diferentes: se puede pedir con una cobertura de brillo de chocolate fundido o aterciopelado, es decir, con una textura más rugosa.
Es la joya de la corona, nunca mejor dicho, ya que sus clientes la tienen entre sus preferidas desde que abrió sus puertas. Además, también la pueden hacer con almendras o con algún otro fruto seco, siempre y cuando no desvirtúe en exceso el sabor original de la receta. Así que ya lo sabes, si tienes una celebración cercana o algún cumpleaños que festejar, la Tarta Real puede ser un puntazo para decirle a alguien que es el rey absoluto de tu casa.