Caramba no es solo el último de los restaurantes del Grupo Larrumba –Peyote San, Perrachica, Habanera–, abierto en el interior del Hotel Regina (Alcalá, 19 <M> Sevilla / Sol), sino que es también todo un homenaje a las mujeres de la Generación del 27. Esas que se atrevieron a desafiar los cánones establecidos participando en las tertulias de literatos, periodistas, escritores, músicos y toda clase de artistas en general en las que, hasta esa fecha, solo podían participar los hombres.
Es también un homenaje a la gastronomía clásica de Madrid, a lo puramente castizo. De ahí que la carta sea como un recorrido por los lugares más emblemáticos de la ciudad, una ruta que sirve para denominar cada uno de los apartados, desde los entrantes hasta los postres. La Plaza Mayor, el barrio de las Cortes, Las Letras o Lavapiés son solo algunos de ellos, bajo los que se agrupan platos clásicos pero reinventados, como el Bocadillo de calamares, elaborado con calamar de potera, en pan de cebolla crujiente y un suave alioli; los Callos o el buque insignia de Madrid, el Cocido con sus tres vuelcos. Pero como Madrid no es solo de los madrileños, sino tierra de todos, los cócteles han sido creados con ingredientes traídos de todas las partes del mundo. Los firma el barman Carlos Moreno.
El restaurante, obra del estudio de interiorismo Proyecto Singular, mantiene esa estética de los cafés de literatos pero con un aire más sofisticado y femenino que los de antaño. Está dividido en dos espacios: una planta baja –con barra central presidiendo la sala y varios salones interconectados entre sí– y la planta sótano –un espacio que esconde antiguas bóvedas de ladrillo y que se ha reconvertido en una zona polivalente y multidisciplinar del hotel, ubicado en el corazón de Madrid–.
Más información en la página web de Caramba.