La zona de Retiro, conocida como la ‘milla de oro del tapeo’, cuenta con un inquilino más. Se trata de Atlántico Casa de Petiscos (Menéndez Pelayo, 11 <M> Ibiza), el segundo concepto gastronómico que el afamado chef gallego Pepe Solla –con una Estrella Michelín por su restaurante Poio, en Pontevedra– abre en la ciudad. Y lo hace justo tras el éxito de Atlántico Casa de Comidas, su hermano mayor situado en el barrio de Salamanca.

Esta Casa de Petiscos es todo un homenaje a la rica despensa gallega, con un espíritu más informal y desenfadado si cabe que su hermano mayor, y alejado de cualquier tipo de formalismo. Así lo da a entender el propio nombre del local, ya que en la costa atlántica, petiscos significa ‘trozos pequeños’, y eso que lo que se encuentra precisamente en la carta de esta casa: platos de autor y raciones para tapear y compartir en un picoteo informal.

Su cocina está impregnada de sencillez y humildad, con materias primas traídas directamente desde Galicia y con toques internacionales, creando lo que Solla denomina ‘cocina viajera’, y muy divertida. Además, se trata de una cocina de mercado, a base de producto fresco; por eso no faltan los mariscos, las empanadas o los quesos, que comparten carta con propuestas más vanguardistas como el tartar de vieiras o el aguachile de pulpo, para degustar habitualmente en este local que, estéticamente, recuerda mucho a un mercado de lonja: puestos, mostradores, básculas, azulejos blancos, redes de pescador, ladrillo visto, madera y otros objetos de inspiración marinera para un ambiente que ha sido desarrollado por el interiorista Jaime Quiroga, el mismo que ya se hiciera cargo de la decoración del otro local de Pepe Solla en Madrid.