A los asiduos a la calle Barco y aledaños, en la «moderna» zona de Malasaña, les sonará una Gastrocroquetería. Un sitio donde un tal Chema Soler inventaba unas croquetas hasta entonces jamás vistas en la capital. Pues bien, aquel cocinero se ha hecho un nombre y, después del pelotazo ‘croqueteril’, ha querido evolucionar lavando la cara a su local y convirtiéndolo en La Gastro de Chema Soler, un sitio con encanto donde comer tapas diferentes. Platillos que reinventan los clásicos, con una máxima: el sabor.

Siempre hablamos de sabor, pero en este caso hay que hacer especial hincapié. Y es que Chema es un verdadero alquimista del umami (el quinto sabor, ese que realza a todos los demás). En su cocina – que como reza su letrero más bien es un atelier – investiga qué ingredientes añadir a sus platos para que el sabor alcance otro nivel y mantenga el equilibrio, o qué productos con umami van a saber a novedad por su sabrosura, ya sea una fideuá o una ostra. Y lo consigue.

La Gastro de Chema Soler | Restaurante de cocina creativa en la calle Barco

Croquetas de carabineros y Kimchi

Y como no quiere que te pierdas nada, Chema Soler ha ideado un tamaño de plato semejante a la media ración, ideal para compartir (esa es la idea) y probar todo lo que se pueda. Otra opción es la Gastro-tabla, un menú de medio día servido en una tabla con las creaciones del día de Chema, o elaborar tu propio menú degustación, eligiendo un plato de cada una de las cuatro partes en que se divide la carta.

Para empezar, algo fresco y novedoso, como el Tartar de corvina salvaje a la bilbaína con crema de queso y tomate seco; un entrante cremoso, que sorprende por cómo casa el queso con el pescado y por como el tomate seco (umami) realza los sabores. Los que no saben tapear sin su ensaladilla, tienen que pedir la que hace Chema con espuma de mayonesa, atún rojo ahumado y huevas de trucha; con ese sabor a mar ahumado que le da el punto y la mayonesa infusionada con atún y anchoa aporta el toque de salazón que potencia su sabor.

Mantiene algunas de sus famosas croquetas, como la de carabineros y Kimchi, las  líquidas de Queso sobre confitura de Tomate y Aceitunas negras o las de sepia en su tinta gratinada. Tan cremosas y tan rellenas de sabor como las que le dieron nombre.

Un tercer apartado propone algún clásico de Chema, como el Turrón de foie, mezclado con novedades del tipo Tartar de mejillón y gambas gratinado con Kimuchi, que nos recuerda al mejillón tigre de toda la vida pero refinado y sin fritos; el Sushi Anchoa, una sashimi de anchoa del cantábrico de la buena sobre un bloque de arroz de sushi a la plancha que le da ese punto a socarrat – un guiño a la Valencia natal de Chema-; o las Gambas al ajillo, servidas en tartar y presentadas en mesa con un aceite infusionado y un golpe de soplete.

Y para terminar, baos, un guisito de albóndigas, la Mini-hamburguesa crujiente de langostinos con Kimchi  y otro guiño a su tierra, la Fideuá en costra, sabrosa y con una costra por encima sabe a la esencia de su sofrito.

De postre, la tarta de plátano es un imprescindible; casi tanto como la de Donuts, que sorprende en boca por respetar el sabor cien por cien de ese bollo de la infancia. Y a los que no les amarga ningún dulce, la Muerte por chocolate les hará disfrutar.

Como decimos, La Gastro de Chema Soler es un sitio para compartir y, de hecho, el espacio se presta a ello. En un primer término encontramos una zona de barra con sillas altas, ideal para un picoteo, que deja paso a un amplio salón de mesas de diferentes tamaños, separadas sutilmente por cristaleras para poder crear espacios más íntimos. Un lugar decorado con personalidad, mimo y calidez; con elementos dispares – sifones antiguos, maderas en bruto, lámparas industriales, carteles retro y luminosos – que combinan entre sí como lo harían en una casa, en este caso, la de Chema, y eres más que bienvenido.

Y si esto te sabe a poco o te apetece conocer la versión más descarada y callejera de Chema Soler, que también la tiene, por aproximadamente el mismo precio puedes probar las tapas de La Gastro Salvaje, en la calle Ponzano. Un lugar donde México y Japón se dan la mano, entre grafitis y catrinas.

* Fotos: Paco Montanet.

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Precio medio carta 25€
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De martes a domingo de 13:30 a 15:30 y de 21h a 23:30
[tabby title=»Teléfono»]
91 364 22 63
[tabby title=»Dirección»]
Barco, 7
[tabby title=»Metro»]
Gran Vía
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Web / Web
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