No hay dos brunch iguales. Y el que acaba de inaugurar Poncelet Cheese Bar (José Abascal, 61 <M> Alonso Cano/Rubén Darío) promete dar más de una alegría a los amantes confesos del queso en todas sus formas, texturas y maridajes posibles a esa hora a la que uno no sabe si tomarse un café con tostadas o pedir los imprescindibles de la carta de mediodía.
Oferta generosa donde las haya, con la que han pensado en todos: tanto en los glotones, como en los que prefieren un plan más detox e incluso en quienes ni siquiera toman queso. Batidos de vainilla bourbon, chocolate negro o queso ahumado, ‘Cheesetails’ o cócteles maridados con quesos (Bellini con queso de cabra o Negroni con uno de oveja curado), zumos de naranja, vegetales y frutas, cafés e infusiones.
Eso en el apartado bebidas, porque el de comida viene bien surtido también: primero una cesta de panes tostados con mantequillas, mermeladas, tomate, tabla de quesos y embutidos. Le siguen los platos principales, a elegir tres de entre diferentes propuestas, como streusel de Gouda, yema de huevo y virutas de ajo negro, crema ligera de calabacín y queso fresco de Madrid, pizza de queso manchego, gua bao de salmón ahumado, alcaparras y queso fresco, cazuelita de verduras guisadas con emulsión de Pecorino de Pienza y huevo termal, tortilla de patata trufada y queso Brie, o los imprescindibles huevos benedictinos.
Y como no hay brunch sin momento dulce, el de Poncelet no podía ser menos. De hecho, remata el suyo con la Caja dulce Poncelet, que encierra en su interior un croissant, un mini cake, crema de chocolate y naranja en tostada, fruta de temporada marinada en ron y la imprescindible Poncelet cheesecake. Lo bueno es que, además de ‘brunchear’, en Poncelet se puede disfrutar de su carta informal de barra y de sus momentos afterwork a cualquier hora de la tarde.
Precio brunch: 28,90€. Sábados y domingos de 12 a 16h. Más información en la web de Poncelet Cheese Bar.