Corren tiempos en los que los consumidores son cada vez más conscientes de la procedencia de los alimentos que llegan a sus cocinas. La sostenibilidad medioambiental, las condiciones de trabajo y el bienestar animal ya se han convertido en aspectos relevantes que influyen en las compras diarias. Y todos ellos los tiene en cuenta Galo Celta, una explotación avícola ecológica única en España.
Esta empresa gallega cría pulardas, gallinas ponedoras y gallos de Mos (raza autóctona gallega) en total libertad. ¿El resultado? Unos huevos con cualidades organolépticas únicas, una yema melosa, sin apenas agua y un alto contenido en ácido oleico. Además, estos huevos son los primeros con huella ambiental calculada, una certificación que garantiza que el impacto que se genera en el medio ambiente es mínimo.
Estos huevos ya se han convertido en imprescindibles para chefs como Martín Berasategui y Pepe Solla, pero Galo Celta produce otros muchos productos artesanos de gallo de corral. Desde pechuga curada, fuet y chorizo a carne picada en forma de hamburguesa (jugosa y baja en grasa). Contribuir a la conservación del medio ambiente y las tradiciones rurales nunca supo tan bien.