Cuidarse ya no es solo un deseo o un capricho, sino una necesidad. Un hecho que se puede comprobar en factores como que lo healthy ha pasado de ser una moda a un modo de vida, una manera de relacionarse con el medio ambiente y los alimentos que nos rodean. Cada día más restaurantes, proveedores y consumidores se conciencian de que el cambio debe empezar desde abajo, desde nosotros. Y eso mismo es lo que predica Bump Green, el restaurante ecológico obra de Adriana Nicolau y Tomás Nofre i Bruneau.

Lo artesanal, lo ecológico o lo casero, triunfan y atraen cada vez a más público. Este local de la calle Velázquez, con aspecto de casita de campo inglesa, es un ejemplo. Lo primero que nos recibe al traspasar su puerta es una zona dedicada al take away, donde se pueden encontrar todo tipo de productos elaborados artesanalmente: como mieles, tés, zumos, pan de masa de madre o fruta fresca de temporada. Los zumos licuados son otro de sus fuertes, diseñados por sus chefs a través del programa Foodpairing, una herramienta informática que identifica alimentos que combinan bien juntos. El ‘Roots Beet It’ lleva remolacha, piña, zanahoria, manzana Granny Smith, lima y puede enriquecerse con agua de mar de Formentera (filtrada y lista para consumir), un añadido que potencia su sabor y le aporta más minerales.

La idea detrás de este espacio gastronómico es sencilla: volver a las raíces y ser sinceros con lo que consumimos. Para ello, cuentan con David Ariza y Jordi Bresó, dos cocineros valencianos formados en el Basque Culinary Center que han realizado una carta irresistible, destacando un producto de primera que han utilizado para renovar antiguas recetas. De esta manera se pueden encontrar creaciones absolutamente innovadoras: las ostras veganas, hechas con hierbas marinas y una emulsión casera creación de Ariza; la crema de tomate servida dentro de la propia hogaza; los spaghetti de calabacín con pesto verde y escabeche; la ensalada de crucíferas con brócoli, coliflor, albahaca y sal de naranja; o las cortezas de bacalao, unos chips creados con la piel del pescado blanco.

Su amor por el producto y una gastronomía responsable va mucho más allá. Esto se puede apreciar en la elección de los pescados de descarte que utilizan (desechados por una gran parte de la industria por su tamaño o dificultad para ser limpiados) y en las carnes de vaca cachena (una especie gallega en peligro de extinción de la que se emplea la cadera, una de las partes menos utilizadas). Bresó es repostero y eso se nota en su amplia carta de postres y dulces: helados caseros (sin gluten), sorbetes artesanos de sabores fantásticos (coco y lima, manzana y apio, frambuesa y remolacha), tiramisú con espuma de mascarpone y panetonne desmigado, coca artesana de zanahoria y coco…

Para terminar, hay que hablar de su espectacular decoración chic-vintage, llevada a cabo por Nicolau, quien ha contado con tejidos de Lorenzo Castillo para Gastón y Daniela y artículos decorativos a cargo de Guille de la Hoz, todo a la venta, lo que permite que cuando nos vayamos a casa, además de bien alimentados, nos podamos llevar algún que otro exclusivo objeto.

Fotos: Álvaro de la Fuente.

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35€ de media
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Abierto de lunes a domingo de 09h a 00h.
[tabby title=»Teléfono»]
911 962 018
[tabby title=»Dirección»]
Velázquez, 11
[tabby title=»Metro»]
Velázquez
[tabby title=»Online»]
Facebokk
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