A Max Estrella, el protagonista de ‘Luces de Bohemia’ de Valle Inclán, le gustaba dejarse ver por la taberna del Pica Lagartos, muy presente en la obra. Picalagartos es, también, el nombre del nuevo restaurante del hotel NH Collection en Madrid. Si, además, este se sitúa en plena Gran Vía, el corazón del conocido como Broadway madrileño, no cabe duda de que, más que una coincidencia, es un castizo homenaje al teatro y las luces de una de las calles más concurridas de la capital.

Unas luces que, precisamente, pueden verse al anochecer desde las tres terrazas que se ubican en la octava planta del número 21 de Gran Vía, donde se sitúa el restaurante. Un emplazamiento que convierte al Picalagartos en un auténtico balcón con increíbles vistas de Madrid. Dentro del edificio neobarroco, que este año cumple 100 años, se encuentra una barra en la que se recibe a los visitantes y un comedor en el que predominan los tonos dorados y negros y los reflejos de grandes espejos, que le dan un aire chic que evoca al clasicismo moderno de mitad de siglo.

Este restaurante se suma a la oferta de Azotea Grupo (Azotea del Círculo, Forus Barceló y NuBel), con una carta diseñada por su chef ejecutivo, Javier Muñoz Calero. Los platos son variados, pero todos cuentan con un denominador común: lo castizo. Y es que basta echarle un vistazo para darse cuenta de por donde van los tiros. Lo primero, conservas, salazones y encurtidos, con platillos como los Mejillones en escabeche ahumado Picalagartos, hechos en la propia casa, o los ibéricos con D.O. Extremadura. Y, para picar, desde Gamba blanca de Huelva a la Sal, hasta Callos a la madrileña con mongetes de Santa Pau catalanas.

En la cocina ocupa un lugar privilegiado un horno especial de carbón. De él salen pescados, carnes y verduras con un sabor potenciado por el fuego. Uno de los mejores ejemplos es la Huerta al Ascua, un plato compuesto por trigueros, ajetes fritos, micro calabacín, zanahoria, tomatitos y berenjena asada, cebolla blanca y pimientos, con un característico toque a la brasa. Otro de los platos estrella es el Espeto de dados de cochifrito lechal crujiente. Y lo de crujiente no es solo un apellido, porque los tacos de carne, presentados sobre un plato espolvoreado con sal, ajito frito y coruja, tienen el punto perfecto: crujientes por fuera, pero tiernos por dentro.

En el apartado de postres, los productos de la tierra también son los más relevantes, con ingenios como el Polo de horchata, el Helado de Mantecado infusionado con vainillas y nueces caramelizadas y Barquillo madrileño artesanal o las Castañas y merengue.

Además de para comer o cenar, el restaurante del ‘Picalagartos’ es también un buen sitio para tomar una copa disfrutando de las vistas de la Gran Vía y los tejados de Madrid desde sus amplias cristaleras. De hecho, el sumiller y jefe de sala, Javier Arroyo (recién llegado de Diverxo), dispone de una selecta carta de vinos nacionales e internacionales entre los que se encuentran las mejores denominaciones de origen. Y en la barra cuentan con la ‘Cardú Scotch House’, una selección de los mejores whiskies de Malta y blend escocés.

Para conocer más acerca de la oferta de la barra de la azotea, clic aquí.

[tabby title=»Precios»]
Precio medio: 30 €
[tabby title=»Horario»]
Todos los días, de 13 a 15:30h y de 20 a 23h.
[tabby title=»Teléfono»]
915 30 17 61
[tabby title=»Dirección»]
Gran Vía, 21
[tabby title=»Metro»]
Gran Vía
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