La calle Recoletos está de estreno, nada menos que con un impresionante club de estilo Art Decó, que ha sido diseñado por el estudio Cuarto Interior, respetando la arquitectura teatral del espacio y actualizándolo con mobiliario creado en exclusiva lleno de detalles artesanales. Gunilla (Recoletos, 16 <M> ) toma su nombre de un icono de la dolce vita –una época marcada por el lujo moderno y esplendor desenfadado, en el que todo el mundo se mezclaba y lo pasaba bien– y se presenta como un local consagrado al lujo, la diversión y la intimidad de sus clientes.
Una serie de fotografías en blanco y negro en las que los personajes tienen los ojos tapados, con el fin de potenciar esa idea de anonimato, rinde homenaje a esos años de la dolce vita. Un escenario con un gran telón rojo –color que predomina en todo el local– preside el lugar, donde además podemos ver una escalera que recuerda a las teclas de un piano, una gran barra central en la planta de abajo y dos más en la parte de arriba decoradas con detalles en pan de oro, así como múltiples zonas de reservados en las que el público puede disfrutar de la noche con su mesa y su botella, algo muy de moda en capitales como Londres o París. Algunos de estos reservados se han dispuesto en torno al DJ, de forma que se puede disfrutar de la música de forma cercana, rompiendo las barreras entre quien pone la música y quien la escucha. Los reservados perimetrales ofrecen más intimidad y, para los que no quieran ser molestados ni lo más mínimo, también hay algunos detrás del escenario, los reservados backstage. Dos grandes lámparas de latón con detalles vegetales, que crean una iluminación basada en los claroscuros, coronan el espacio.
Gunilla es un club de lo más sorprendente, que apunta maneras para convertirse en uno de los locales más exclusivos de la capital.